Psychotica | es

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Que el mundo del rock está repleto de injusticias no es algo que deba sorprender a nadie. Al fin y al cabo, como en la vida misma, los agravios y las desigualdades son el alimento cotidiano.
Artistas inmerecidamente olvidados o ignorados, a veces condecorados con el eufemístico sambenito de "banda de culto", un más que dudoso premio de consolación; a veces directamente condenados al más letal de los ostracismos, como si jamás hubieran existido.

El caso de los neoyorquinos Psychotica y su techno-glam-rock navega un poco por todas esas aguas: de prometedor arranque, rodando por infinidad de festivales, teloneando a Iggy Pop o a Tool con un LP, "Psychotica" , lleno de hits potenciales, un líder con una voz privilegiada y un magnetismo indudable... de ahí a la nada más absoluta.

¿Qué demonios falló? Bueno, la mayor parte de las ocasiones, cuando un grupo con la calidad suficiente como para reinar acaba vagando por los senderos del semi-anonimato, ni siquiera es necesario que algo falle. Sencillamente, la industria es caprichosa, ramera, y un poco ciega -que le pregunten si no a Hanoi Rocks o a Wildhearts , por poner sólo un par de ejemplos-.

Pero Psychotica o, lo que es lo mismo, Pat Briggs , alma y cerebro del invento, no nació para vender millones de discos y aparecer con boas de plumas en la Rolling Stone. La vida de Briggs , su inestabilidad y su aparente pasotismo en lo que a su carrera musical se refiere, desde luego no puso las cosas fáciles a la banda. Una persona como él, que habla sin tapujos de su bisexualidad, o de sus años de chapero adolescente en las calles de Los Angeles, es un auténtico grano en el culo de cualquier discográfica. Ya es un milagro que Sony les fichara, aunque ese dato no hace más que reafirmar su valía: si una multinacional pone su sello en un contrato con alguien tan impredecible, es porque tienen mucho que ganar.
En cualquier caso, el absoluto desinterés por los burdeles de lo promocional y un segundo álbum, de nombre "Espina" , que supuso un oscuro y deliciosamente aberrante suicidio comercial, la cosa está muy clara. No importa que más tarde llegara "Pandemic" , de nuevo lleno de singles que dejarían en ridículo a bandas contemporáneas como Orgy , Stabbing Westward o los Marilyn Manson post- "Antichrist Superstar" . Llegado el momento de edición de aquél tercer disco Patrick ya no contaba entre los planes de ninguna compañía, así que, sin más, ese trabajo jamás llegó a publicarse por los cauces habituales. Como leí comentar hace poco, es el mejor no-disco de los 90's, no hay duda.

Psychotica, pues, desaparecieron del mapa musical y mediático tan rápidamente que la gente ni siquiera reparó en ello. Ahora, unos años después, un grupo de irreductibles "psychoticos" reivindicamos poco a poco aquellos magníficos tres LP's, así como la esquiva estampa de Pat Briggs .

Seguramente no consigamos devolverle al mundo de los vivos (musicalmente hablando), ni siquiera como a uno de esos artistas que se nutren de una sólida base de fans asentada en todo el mundo; pero al menos quedará constancia de que existieron. De que vinieron, vieron, y no vencieron porque no quisieron vencer. Hoy por hoy Briggs pasa por momentos nada fáciles y, según contaba hace poco Jayne County a la revista Popular 1, anda viviendo en la calle presa de sus adicciones y sus demonios. Todo le ha ido cuesta abajo desde que perdiera por el maldito cáncer a la compañera de su vida, Carrie Hamilton .
Pero no importa que nunca llegue a leer estas líneas ni a saber de la existencia de nuestro pequeño cubículo virtual; desde aquí queremos decirle que este planeta nuestro no puede permitirse el lujo de tener a talentos como el suyo tirados en el arroyo.

Hoy más que nunca necesitamos a tipos como él, así que recemos un par de "Love me tender" a Elvis para que Pat encuentre el camino que le permita reconducir su vida y volver a expresar su talento en la música, la pintura o en lo que le apetezca. .

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