Plastikman | es

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Mucho antes de que Richie Hawtin se convirtiera en lo que es hoy en día; una superestrella del mundo del DJ, cerebro de la marca Minus, innovador tecnológico e icono de estilo, se le conocía por el nombre y el proyecto de Plastikman.

Entre 1993 y 2003, Plastikman creó un asombroso proyecto, uno que no definía tanto un tiempo y un lugar concreto, sino que los llevaba a su máxima expresión, expandiendo las dimensiones del techno de Detroit y redefiniendo las posibilidades de la música electrónica en sí misma.

A través de seis álbumes (Sheet One, Musik, Recycled Plastik, Consumed, Artifakts (B.C.) y Closer) y numerosos singles como Spastik, Plastique y Sickness, Plastikman se convirtió en una de las voces más distintivas de la música electrónica contemporánea: minimalista, psicodélico y groovy como ningún otro, siempre consciente de las trascendentes propiedades del sonido electrónico más puro.

Los discos por sí solos hubieran sido suficiente para convertir a cualquiera en una leyenda, pero Hawtin, como Plastikman, tenía otros proyectos entre las manos; algunas de las mejores y más alucinantes fiestas que la música underground electrónica hubiera conocido jamás. Estos eventos, celebrados casi todos en Detroit (y en sus alrededores) y en Windsor (Ontario), la ciudad natal de Hawtin, pronto consiguieron una excelente reputación a nivel mundial. Se dieron a conocer a través del boca-oreja y a través de foros y se convirtieron en una leyenda en la historia de la música electrónica underground.

Las claves del éxito de sus fiestas no fueron nada sofisticadas, a pesar la de reputación que tiene actualmente Hawtin sobre el control de las nuevas tecnologías. Las fiestas se basaban en un modelo que Hawtin había visto cuando era adolescente en el legendario Music Institute de Detroit y consistía en una habitación oscura, una única luz estroboscópica y el sistema de sonido más potente que las paredes pudieran resistir.

Con estos elementos tan espartanos, Hawtin y sus amigos empezaron a organizar eventos en los que cada detalle era pensado con el único objetivo de arrastrar cada día a la gente fuera de sus casas y adentrarla en lo desconocido. Eventos como Hard, Harder, Hardest, Heaven & Hell, Jak, Sickness & Recovery y el Fuk Tour hicieron realidad todo lo que era posible en una fiesta underground (e ilegal). Estas fiestas no solo convirtieron a Plastikman en un héroe por todo el oeste medio norteamericano, sino que también ayudaron a crear una plataforma para que se desarrollara una nueva escena musical.

En un momento en el que la cultura de rave amercicana estaba llena, en exceso, de neones, las fiestas de Plastikman se centraban en detalles más fundamentales. Pero esto no era una vuelta a una estética retro y simple de los escenarios de la música dance. Ellos utilzaban materiales hechos a mano para crear sus propios mundos y experiencias.

Los materiales y escenarios podían ser tan básicos como un rollo de plástico negro que cubría las paredes y el tejado, o tan elaborados como una fábrica de coches abandonados de 40.000 metros cuadrados. Transformaban siempre los espacios que usaban, que raramente volvían a utilizar, y siempre alteraban tanto el espacio que si volvías el día siguiente, nunca te darías cuenta de lo que había pasado ahí el día anterior. Cada uno vivía la fiesta a su manera, envuelto en plástico negro o resguardado entre kilos de espuma. Había luces, cuencos llenos de frutas, piscinas llenas de peces de colores y tostadas de frambuesa bañadas en ácido.

Montaban sistemas de sonido con cuatro puntos de sonido cuando dos puntos era lo más habitual. Ponían los mejores altavoces alrededor de la zona de baile para sumergir a la gente. Su sistema de sonido, colocado sobre dos plataformas altas, se volvió tan famoso que acabó por ganarse un nombre propio, The System (El Sistema), y su propio logo. Los altavoces sonaban tan alto que irradiaban calor. Los asistentes atribuían casi propiedades místicas a The System y se agarraban a él como lapas, fusionándose con sus vibraciones.
Estas fiestas se expandieron a través de varios canales de información y marcando puntos en mapas, muy común en las fiestas underground. Elaboraron una extensa lista de fans por todo el oeste medio americano y fidelizaron a multitudes de personas que viajaban hasta ocho y diez horas para asistir a una fiesta de Plastikman. Celebrando sus fiestas en un absoluto secretismo, estuvieron a un solo paso entre el underground y la música comercial más mainstream. Eran exclusivos y a la vez inclusivos: se crearon con la voluntad de permanecer escondidos excepto para aquellos pocos que se encontraban y se unían con ellos por el camino pero a la vez se abrieron a todos aquellos que quisieran hacer el esfuerzo por conocerles.

El nombre de Plastikman es inseparable del contexto que lo formó, la música (motivo por el que casi todo el mundo le conoce), pero Plastikman es mucho más. Sus grabaciones eran tan rompedoras como sus eventos, y sugerían nuevas direcciones y nuevas formas para el techno a cada paso que daba. Es más, sus fiestas y grabaciones estaban siempre conectadas, cada una bebiendo de la otra, en un constante delirio dialéctico.

En 1993, Sheet One, con un diseño de portada que parecía un papel de ácido, sentó las bases del proyecto de Plastikman. Pretendió ser un álbum completo y cohesivo en un momento en el que el techno era mayoritariamente terreno de singles. Sin saber exactamente en lo que se estaba embarcando y sin todavía haber inventado Plastikman, Hawtin grabó virtualmente todo el álbum, más o menos en secuencia, durante dos días y dos noches en el estudió que él apodó UTK (Under The Kitchen, Debajo de la Cocina) en el sótano de la casa de sus padres en Windsor (Ontario). Publicado en Canadá por el sello discográfico Plus 8 de Hawtin y John Acquaviva y distribuido por NovaMute, cambió el techno de la noche a la mañana.

Al poco más de un año, Plastikman publicó Musik, un trabajo todavía más exploratorio entre la música techno y el ambient. Igual que Sheet One, Musik se centró en el sonido del sintetizador Roland TB-303, dándole una forma más ágil y lírica que estaba a años luz del sonido estridente del acid house tal y como se conocía hasta entonces. Más que nada, cambió la trayectoria del techno más duro, rápido y fuerte ralentizándolo, hecho que también extendió a sus sets de DJ, que transportaban a la gente a través de un viaje que iba desde la pasión a la locura hasta llegar a una especie de calma sosegada.

En 1995, justo en el momento en el que el fenómeno de Plastikman se expandía (gracias a los dos álbumes, las fiestas en Detroit y Toronto, y los live shows que hacía de Glastonbuy a Tokio), Hawtin fue pillado cruzando la frontera sin papeles de trabajo y se le vetó la entrada a Estados Unidos. Al final, fue capaz de volver después de un año y medio, pero esta experiencia le afectó profundamente, hecho que le llevó a hacer un giro todavía más oscuro e introspectivo en su carrera.

Consumed, de 1998, reflejó ese periodo de aislamiento y exilio, a la vez que reflejaba la ambivalencia que Hawtin tenía hacia su creciente fama. Después de varios años de fiestas sin ningún tipo de límite, Consumed no era tanto un parada como una fase, nueva e inesperada, de un viaje psicodélico que no tenía fin. Inspirado, en parte, por un sentimiento de disociación espacial y personal que experimentó una noche tras tomarse un ácido en medio de un bosque de Michigan, Consumed es el álbum más oscuro y raro de Plastikman, a la vez que ha sido su álbum más vendido (Incluso fue nominado al premio Golden Nica de los premios Prix Ars Electronia).

Artifakts (B.C.) fue publicado ese mismo año, en el que recogió material no publicado que había creado para un álbum al que se le adelantó Consumed. Ese álbum inacabado pretendía ser el tercer trabajo de una trilogía que seguía a Sheet One y Musik. Fue uno de tantos ejemplos en los que Hawtin miraba más allá de las unidades de medida convencionales del techno (la fiesta, el single, el álbum), usando series multi-part para explorar y matizar las ideas.

En 2003, Hawtin volvió con un quinto álbum de Plastikman, Closer. Para aquel entonces se había movido de Windsor a Nueva York y estaba ya en el camino de convertirse en el Richie Hawtin que conocemos hoy en día. Minus había creado una nueva y global comunidad de artistas y fans; la reputación de Hawtin como DJ ya había explotado, en parte gracias a sus arriesgados CD's de mezclas (Decks, EFX & 909, DE9 / Closer to the Edit y DE9 / Transitions) y estaba siendo cabeza de cartel en los mejores clubes y festivales de todo el mundo. Ese mismo año, se movió de Nueva York a Berlín, aprovechando la buena posición de Europa, para llevar su carrera todavía más lejos.

Pero para editar Closer, Hawtin volvió a Windsor y escarbó hondo, una vez más, en su alter ego, moldeando los contrastes del sonido de Plastikman en nuevas y extrañas formas, a la vez que exploraba en los rincones más profundos de su mente. Tras un giro inesperado en el nombre del álbum, Closer cerró un capítulo de la vida de Plastikman: al mismo tiempo, Hawtin pensaba que era la última vez que grababa en Windsor, una ciudad que creía inseparable de Plastikman. Entre 2004 y 2007, Hawtin editó tres singles de Plastikman en una serie llamada Nostalgik, sugiriendo que, tal vez, el proyecto estaba relegado para siempre a los libros de historia. Pero en 2010 Hawtin volvió con Plastikman Live, un ambicioso show multimedia que combinaba una puesta en escena en directo de los clásicos de Plastikman con la sincronización de audiovisuales en una inmensa pantalla semicircular de LED.

Este tour ha llevado a Plastikman a más de una docena de ciudades y festivales de todo el mundo y seguirá con él en 2011. Y ¿después qué? Hawtin ha insinuado que empezará un nuevo capítulo de la destacable vida de Plastikman, tal vez para editar más álbumes o tal vez para centrarse en crear espectáculos multimedia todavía más impresionantes e innovadores.

De todas formas, antes de que esta nueva fase pueda empezar, Hawtin ha decidido que es el momento para hacer repaso de todo lo que le ha pasado hasta ahora. Y lo hace reuniendo a sus fans más antiguos y a los más actuales (algunos de ellos muy jóvenes para haber experimentado Plastikman en sus inicios) en Arkives, una caja recopilatoria con versiones remasterizadas de los seis álbums de Plastikman, junto con cinco CD's adicionales que incluyen rarezas, material inédito, y nuevos remixes de temas clásicos de Plastikman en los que colaboran personalidades admiradas por el propio Hawtin como Vince Clarke, Cliff Martinez, Francois Kevorkian, Moby, Chris & Cosey, Severed Heads, Flood y Mute's Daniel Miller & Gareth Jones. Un DVD de material en directo de Plastikman y un pack deluxe que incluye 12 discos en estuches finos con desplegables y un libro de 64 páginas que repasa la trayectoria de Plastikman a través de fotos de archivos y texto.

Arkives presenta la definitiva historia de Plastikman hasta la fecha, dejando la puerta abierta para que la historia pueda continuar siendo escrita. .

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